Gracias a un tweet de una amiga llegué a este link. Lo que la noticia dice básicamente es que se ha presentado al Congreso de la República el proyecto de Ley N°515 “cuya finalidad es que las comunidades campesinas y nativas perciban anualmente un porcentaje del impuesto a la renta generado por la explotación de recursos naturales dentro de su territorio". No pude encontrar link a la ley, así que hablaré sobre los datos que presenta el link.
El artículo no dice quién presentó el proyecto de Ley (bancada u otorongo), o si tiene algo que ver con el contexto de la conflictividad derivada de los proyectos de explotación minera en el Perú hoy. Es decir, esto, esto, esto, esto, y esto. La noticia me pareció interesante porque plantea un cambio no sólo en lo que respecta a la administración y gasto de los recursos que recibimos producto de la explotación minera, sino también en la forma en que la sociedad civil, el Estado y el mercado organizarán sus relaciones políticas.
Ese es un cambio en lo que respecta a la administración de la economía (cómo gastamos la plata que ganamos), pero también un cambio en la forma de organizar las relaciones políticas que actualmente estructuran la vida de estas comunidades: cómo conviven y negocian los campesinos, el gran capital, las ciudades intermedias, las grandes ciudades, las poblaciones pequeñas, las ong’s, el Estado y muchos grupos de poder intermedio.
Este Congreso estaría planteando algo que ya planteó el payaso Alan García en su gobierno pasado, y que estoy seguro que muchos otros payasos tienen en mente, ya sean de derecha, izquierda, centro, o un paso al costado.
A continuación un breve “reader” de la situación, preparado por el bló. Luego una opinión.
Campesinos
Son los pobladores de la zona y principales afectados. Como todos sabemos, la gran mayoría de los proyectos de explotación de minerales e hidrocarburos en Perú se dan en zonas donde la población es predominantemente campesina/indígena.
Algunos se consideran indígenas, algunos se reconocen solamente como campesinos. Algunas poblaciones “indígenas y nativas” que se rigen por sus propios usos y costumbres y tienen organizaciones consolidadas (comunidad campesina, rondas campesinas). En otras localidades la junta de regantes o el comité de usuarios del agua organiza las relaciones políticas.
Por lo general son las poblaciones más pobres de todas las provincias. Viven al margen del mercado y del Estado, por lo que les cuesta mucho entrar en dinámicas de negociación y política. Se podría decir que no gozan de muchos de los derechos fundamentales.
Es imposible generalizar sobre el problema del campesinado en el Perú hoy, pero podríamos decir que no son representados ni por los partidos políticos, ni por el Estado, ni por sus propias organizaciones.
Muchos estudios han demostrado una relación inversa entre la presencia de proyectos mineros y el Índice de Desarrollo Humano (a más proyectos mineros, menor índice)
El Gran CapitalEmpresas gigantes de extracción de recursos naturales no renovables. Cuentan no sólo con trabajadores e ingenieros, sino que también tienen millones de abogados, lobbystas, matones y demás. No hay que sentirse exclusivo: hacen lo mismo aquí que en sus minas en China o Sierra Leona. Tienen un protocolo o forma de actuar que no cambia mucho entre país y país: obtener la mayor ganancia al menor costo posible. Algunas son más honestas que otras. Algunas dicen más la verdad que otras.
Pese a que tienen sus áreas de responsabilidad social y sus especialistas en relaciones comunitarias, las decisiones las toma un gringo con un apellido que no se puede pronunciar. Saben claramente que toda minería contamina, así como saben también que los efectos a largo plazo son impredecibles. Por lo general llegan a una ciudad intermedia cercana al yacimiento minero y abren un colegio sólo para los hijos de los ingenieros. Las cabezas de estas empresas viven en Canadá o en algún lugar que nadie se imagina. Es imposible contactarlos. Si los molestas mucho te pueden mandar a matar o violar con el visto bueno del alcalde.
El Estado
El Estado... Históricamente no ha sabido qué hacer con sus recursos. Nunca los ha podido administrar o distribuir. Ahora funciona básicamente con lobbys gigantes y almuerzos con mucho pisco sour.
Interactuar con el Estado es casi imposible. Existe demasiada corrupción, los trámites son inacabables y es muy posible que no consigas nada. Lo mejor que se puede hacer para conseguir la buena pro del Estado para un proyecto de explotación es hacer lo que hicieron Rómulo León, Quimper, Chehade y todos los PPKausas.
No tiene capacidad de gestionar o utilizar los recursos que recibe de la explotación minera, tal vez porque tampoco tiene claro qué hacer, qué es el desarrollo, o qué es la democracia. Además, los representantes locales del Estado han encontrado una obsesión por hacer monumentos fálicos en todas partes.
La mayoría de las experiencias de explotación de recursos naturales que han venido desde el Estado han sido desastrosas, razón por la cual nadie tiene en mente sugerir que el Estado administre los recursos, o se encargue de su explotación.
Su cabeza -ahora Humala- por lo general se acerca a las poblaciones afectadas cuando todo ya está en caos para prometer de todo y luego regalar unas camionetas (o no hacer nada).
Las ONG's
Ahora de capa caída porque el Perú está chévere y ya nadie quiere darnos plata. La izquierda de los 70's, los políticos de los 80's, los ratones de los 90's y los caviares de los 00's. Han ido desde la lucha de clases hasta la pobreza urbana y por último al turismo sostenible. Llenas de ingenieros que creen que la ONG es su chacra, y de caviares que se dedican a reunirse todo el tiempo, florear y hacer talleres hasta extasiarse.
Le hacen la tarea de lenguaje a los espacios de poder local, es decir, los ayudan a hacer sus planes de desarrollo estratégico y demás vainas.
La mayoría es de corte "desarrollista", y otra gran parte trata de ayudar a que los campesinos pobres vivan el sueño de Gastón, es decir, el comercio justo, el turismo sostenible, etc.
No se sabe si son ilusos, o muy pendejos.
Los Partidos Políticos
Muy débiles y por lo general tienen una figura representativa que una y otra vez se lanza a un puesto público. Esta figura está peleada con otra figura conocida y eso es básicamente lo que hacen. De vez en cuando llega otro partido grande y les propone llenar sus listas para regidores de mafiosos y asesinos.
No representan nadie y nadie les cree. En algunos casos el partido tiene una figura mesiánica o reivindican ciertas pasiones de la gente: el incanato, la lucha en contra del gran capital, el "antisistemismo", etc.
Ciudades Intermedias
Crecen con los proyectos mineros, pero también gracias al narcotráfico, el contrabando y otros negocios que todos conocemos pero nadie menciona como la prostitución y la trata. Son por lo general muy desordenadas y desorganizadas. Están llenas de hoteles con servicios de cable mixtos (Directv + CMD + algún cable local). La comida es tal y como Gastón Acurio no la describe: de mala calidad, y con productos contaminados.
Estas ciudades están llenas de jóvenes que provienen de otras localidades cercanas y de una creciente población urbana. Quieren migrar lo más rápido posible a la siguiente ciudad más grande.
Grandes Ciudades
Llenas de personas que creen que el crecimiento económico del Perú se debe al tamaño de nuestros penes, Marca Perú, Gastón Acurio, Gian Marco o como quieras llamarle. Es decir, una fuerza sobrenatural -e inexplicable- que brota de nuestro espíritu peruano y mueve la economía del país "porque sí".
Son los mayores beneficiarios de este crecimiento económico y tienen una relación privilegiada con el poder, el gran capital y los círculos de tomas de decisiones y de producción de mercancías. También llena de personas que saben que toda esta burbuja especulativa sin desarrollo real no llevan a nada bueno, pero que sólo saben hacer protestas/pasacalles payasos, pedir a Manu Chao, o trabajar en las antes descritas ONG's.
Ley sin Ley
¿A qué se refieren con estos cambios administrativos? ¿Quién va a administrar las regalías? Se deduce de la nota que serían las comunidades campesinas, aún así tenga que ser "directamente". Es decir, recibir los recursos, presentarlos al Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y gastarlo.
Actualmente, esta función la cumplen -de manera desastrosa- los Gobiernos Regionales y los espacios de gobierno a nivel local. Prueba de ello son las horrendas municipalidades que construyen y los miles de millones de soles que se pierden al año en estupideces, o malversaciones.
Cómo se administraría esto? ¿Quién lo haría? ¿Las juntas directivas de las comunidades campesinas? ¿Cuánta gente se necesita para hacerlo? ¿Qué capacidades tienen que tener? ¿Quién está capacitado para esto?
Son más de 7000 mil comunidades campesinas en el Perú pero no se tiene un registro exacto de cuántas son ni cómo funcionan sus juntas directivas: ¿Son legitimadas? ¿Sirven para organizar toda la vida pública en las comunidades o sólo sirven para organizar ciertos espacios productivos comunes? ¿Se permite la venta de la tierra en estas comunidades? Esperemos a la ley para ver si es que se han propuesto mecanismos de monitoreo, asesoría, etc.
Marca Perú y Marca Vendetta
Podríamos decir que esto de la minería y el conficto es algo que sólo nos pasa a los peruanos. Es decir: “Ay, esto de la minería es un problemón, nadie lo soluciona, algo se tiene que hacer. En el Perú siempre se ha dado esta injusticia”. Sí, es verdad, nada se soluciona, es un problemón, no existe justicia social y algo se tiene que hacer. Correcto. Nuestra propia Marca Perú.
Pero esto es algo que pasa en Cajamarca y también en algún lugar extraterrestre de Bolivia, Etiopía, Afghanistán, Texas, y Rusia. Eso no quita que nuestra realidad sea tétrica y que debamos pelear justicia social. Eso se debe de dar, por supuesto, en todos los casos.
Esto lo saben los campesinos, peruanos con dos dedos de frente, líderes indígenas, etc. De hecho, muchas de las organizaciones de indígenas o campesinos que tienen algo de legitimidad o capacidad de convocatoria hoy son las de los afectados por las industrias extractivas. Estas son comunidades internacionales que cuentan con el apoyo de intelectuales, algunas ONG’s y gobiernos buena onda. Por lo general no logran hacer nada. Pero eso también lo saben.
Entonces estas mismas personas podrían decir “Sí, esto es un problemón y pasa en todo el mundo. Todos estados jodidos, entonces… “V for Vendetta”. Y a la plaza de armas de la ciudad a hacer el ridículo, a poner idioteces en Facebook y a leerse un par de posts como este. Ahora también puedes seguir todo por twitter, como en el caso de Libia, y esperar a que luego todos se maten en youtube. Democracia 2.0 y material para inútiles tesis.
Es momento de pensar esto en contexto un contexto local-global (el del neoliberalismo) y en contexto local. Los mineros vienen a jugar, o mejor dicho, a guerrear. Su intención es obtener la mayor cantidad de recursos posibles al menor gasto. Tal vez podrían ser sinceros desde el principio, pero eso les significaría perder el control total sobre las decisiones desde muy temprano. Mejor esperar un par de muertitos y empezar a negociar. Este problema tiene que ver no sólo con la chanfaina que es la cultura política peruana, sino con la forma en que se hacen negocios hoy.
¿Por qué las industrias mineras no instalan una nueva relación con las comunidades? ¿Por qué no volverlos parte del proyecto? Tal vez ver a los campesinos como socios y no como basura. Tal vez darles algún tipo de utilidad anual y asesoría. Y por algún tipo de utilidad me refiero a los miles de millones de dólares que se reciben en utilidades.
Tampoco creo que haga mayor diferencia que se le destinen el 10% ó el 100% de las regalías a las unidades admistrativas campesinas (si existe tal cosa). No es un problema de porcentajes, es el problema del lugar que ocupa el capital extranjero y la inversión en el imaginario nacional. También es un problema de racismo, de división de la riqueza, de corrupción, de autoritarismo, etc.
¿Qué lugar ocupa la minería en nuestras vidas? Tal vez sucede que creemos que el problema es realmente nuestro. Tal vez sólo nos identificamos (sí, te apoyo tu causa, causa), sin identificarnos realmente: “Los problemas que le suceden al otro son mis problemas, porque ese otro soy yo mismo. Es por eso que no solamente me importan estos problemas, sino definen quién soy yo políticamente y como sujeto".
Esto no significa que te vuelvas un histérico y pelees por todas las causas justas, pero al menos supone que seas coherente con lo que dices. Si la minería realmente te afecta (así como la corrupción y toda la porquería que sabes que pasa día a día), haz algo al respecto: sin máscara de cojudo, pero con huevos.