martes, 18 de noviembre de 2008

Guillotina 21

La portada que nunca fue (Peru21pe)


Acaba de llegar al Mail de Cayo una aproximación nueva al tema de la crisis en Perú21, para variar un poco de las visiones ligadas al chisme, el análisis culturoso y a la menudencia. Creo que el texto de Alexandro Saco da en el clavo, definiendo que este no es un problema entre zurdos y diestros (de esos que no tenemos en nuestra política), sino entre liberales y conservadores.

Y es que en el país no sólo existe una confrontación entre izquierdas y derechas, sino otra más trascendente entre liberales y conservadores, que tanto en la derecha como en la izquierda se ubican. El liberalismo, al que AAR se acerca en derechos y libertades, pierde. Varios que se proclaman liberales son proto fascistas, cucufatos y no saben dialogar con la gente común y corriente. AAR respondía los correos sin una pizca superioridad, mientras otros en su lugar no aceptan la mínima observación y exigen disculpas por criticarlos. (Alexandro Saco, Guillotina21)

Así es, el mismo debate que el Perú tuvo en el siglo XIX, el del Guadalupe y San Carlos, el de Bartlomé Herrera y Domingo Elías, el mismo que aun no superamos como sociedad para ir a asuntos de fondo: las reformas. El problema no es cómo hacerlas, el problema es el gran grupo que cree que no se deben hacer reformas de fondo, solo de forma y sólo las que los beneficia primero a ellos y luego recién a las mayorías. Así se confirman en el poder, económico o político. Esos mismos sectores que ven cualquier posibilidad de cambio como una revolución o cualquier reclamo ante el abuso de empresarios inescrupulosos como un cambio de las reglas de juego y como el cuco de las inversiones. Como si realmente el capital se "asustase" o se pudiera "auyentar" (cuando es todo lo contrario, flexible y depredador).

Las siempre postergadas reformas progresistas y redistributivas serán siempre una utopía mientras los grupos conservadores y reaccionarios dominen la política peruana. Nuestras posibilidades de crecimiento económico (ese que esos mismos gobiernos proclaman cuando la gotera se transforma en chorrito), desarrollo, equidad y cohesión serán endebles y pasajeros. Y se seguirán incubando proyectos violentistas a partir que las demandas -en contextos de apertura de oportunidades- no encuentren un cauce democrático.

El diario Perú21 representaba uno de esos cauces democráticos que ahora ya no va más. Puede continuar el logo, la chica, el formato, los colores, pero será un remedo del proyecto de periodismo liberal y abierto (no por ello con cierto sesgo de un lado o de otro, pero con muchos menos intereses creados y clientelismo que el resto) que El Comercio inició hace poco más de 6 años. Recuerdo que compré ese primer número y desde entonces fue lectura obligada, sobre todo por el staff de comentaristas y analistas, siempre plurales y agudos. El gobierno de Alan García se gradúa como autoritario (el control de la prensa de su primer gobierno, 1985-1990 no fue tal claro) y las fuerzas políticas, empresariales y sociales aliadas a él han demostrado una vez más que somos un país menos que púber. Unos imberbes sociales. De esos que cuando les vas ganando dicen "esta pelota es mía" y se van.

______________________________________________________________

P.D. Revisando el blog Civilización Perú no encontramos el post referido para hacer el link. Así que hasta entonces, reproduzco aqui el texto entero llegado a la sala de redacción del Blog.

Guillotina 21

No es una confrontación entre izquierdas y derechas, sino entre liberales y conservadores.


http://www.civilizacionperu.blogspot.com/


Lo más interesante de AAR es que aprendió mucho desde su incursión en los medios de comunicación allá en 1999, en el programa Rueda de Prensa en Canal N. Ahí compartía la mesa con Mirko Lauer, Juan Paredes Castro y Fernando Rospigliosi. En aquellos tiempos finales del fujimorismo, Lauer y Rospigliosi demolían los argumentos oficialistas, mientras que AAR los procesaba de una forma distinta. Luego de la tercera juramentación de Fujimori producida en el pentagonito el 2000, y con un clima insostenible, AAR comentaba que en unos meses, con un par de grandes inversiones se produciría una vuelta de página y todo para adelante.


Por eso creo que AAR aprendió mucho; el periódico le permitió superar la mirada del mundo desde la lógica económica y tecnocrática de APOYO. Ahí la inteligencia. Los años al frente de Perú 21 le permitieron llevar a niveles interesantes el análisis y la opinión política, con una sencillez admirable en el leguaje escrito, y coloquial en el hablado desde que es parte de RPP. Perú 21 fue tomando la forma de la libertad y la pluralidad que se reflejaba en sus páginas, hasta que la falange conservadora dejó caer la guillotina.


Y es que en el país no sólo existe una confrontación entre izquierdas y derechas, sino otra más trascendente entre liberales y conservadores, que tanto en la derecha como en la izquierda se ubican. El liberalismo, al que AAR se acerca en derechos y libertades, pierde. Varios que se proclaman liberales son proto fascistas, cucufatos y no saben dialogar con la gente común y corriente. AAR respondía los correos sin una pizca superioridad, mientras otros en su lugar no aceptan la mínima observación y exigen disculpas por criticarlos.


De hecho Perú 21 se ha dejado llevar en algunas ocasiones por determinadas fiebres políticas; pero no ha sido parte de las confabulaciones a las que otros medios se suman. Al contrario, durante sus años ha reflejado en sus páginas causas que pocos levantan o reseñan en un medio de llegada nacional. Y en la sección opinión, ha permitido que la batalla de las ideas se mantenga vigente, como debe ser.


A El Comercio le queda grande esa pretensión de ser el referente escrito deliberante en política nacional. Apuesta a reflejar que vivimos en un país en el que los problemas se solucionarán por inercia, cuando los conflictos se resuelven con acciones que deben apuntar a variar ciertas estructuras. Si el país mantiene vivos una serie de choques y estos se expresan en algunos casos en violencias, lo que compete a los medios es encontrar y explicar las razones de ese desborde, y no convertirse en ecos del conservadurismo. Si se necesita conocer audios en los que se vende el país al peso, es inapelable que los medios lo hagan público, sin dejar de investigar los intereses que existen detrás.


¿Pueden decidir las empresas propietarias de medios de comunicación qué se dice, cómo se dice y hasta cuándo se dice? Los comunicadores y periodistas crean un espacio que está más allá de la propiedad legal de los medios de comunicación y que no es patrimonio de nadie, sino de todos los que se sienten parte de él. Los recientes hechos demuestran otra vez lo caduco de la relación entre periodismo y propietarios de ciertos los medios; pero a su vez atisban con mayor interés las nuevas posibilidades de comunicación.


Como vemos, no se trata de limitar las expresiones de lo que se denomina izquierda o grupos antisistema, sino de recortar, disimuladamente y hasta negociando intereses empresariales, la libertad de expresión y de confrontación a un gobierno y a un partido que de mafia tienen mucho. El nuevo director de Guillotina 21, se deslegitima desde el momento en que asume esa conducción; de hecho parece que ese cargo recaerá en alguien tan opaco y cuadriculado como los voceados Althaus o Valenzuela.


Los tiempos son perfectos para ver la cara, oír la voz, leer los textos de todos los actores de la escena política. Como otros hechos antes, la guillotina aplicada por el grupo El Comercio, nos permitirá ver quiénes se acomodan y quiénes ejercen su libertad de expresión y de pensamiento, en esta pugna de fondo entre conservadores y liberales.


Alexandro Saco

16 11 2008


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante, tanto lo de Saco como lo de Cayo. Sin embargo, me parece que la diferencia radical entre "liberales y conservadores" también está lejos de ser suficiente. No me parece tampoco que falte necesariamente espíritu reformista.

Aldo Mariátegui, por ejemplo, no es un cucufato. Mucha gente modernizante apoyó a morir las reformas de los noventas. Ollanta Humala es reformista en varios aspectos.

El problema me parece que está en tres aspectos centrales, que constituían el mérito de Perú21 y de AAR:
1) la inteligencia. Alvárez Rodrich era un tipo inteligente, Mariátegui es una bestia
2) la disposición al diálogo y a las opiniones discrepantes. Rafael Rey, Humala o Giampietri, por ejemplo, pueden ser muy capaces, pero tienen una veta intolerante repugnante
3) el respeto. Perú21 se maleó en algunas ocasiones, en especial contra Toledo, pero tenía una linea en general que no humillaba a nadie por las huevas, al punto de parecer excesivamente tolerante. Muy poca prensa en el Perú logra mantener ese equilibrio.

Anónimo dijo...

Estos del Comercio son unos malditos bastardos.

Anónimo dijo...

Alvarez Rodrich PWNED! JAJAJAA!! A SOPLAR MOCOS CAVIARILLOS!!!