jueves, 24 de julio de 2008

Derechitis Cavernaritis


En mi cotidiana revisión matutina de periódicos locales de hoy (que es muchas veces mi tortura antes del café al confirmar un día más que tenemos la prensa que tenemos), noté que en tres columnas de opinión de pasquines locales hay referencias a lo horrendo que fue el pasado velasquista (oh el peor tirano que hemos tenido según García Miró) y los respectivos ataques a los caviares.

La verdad a mi ni me van ni me vienen los caviares, así como entiendo que hay empresarios que prefieren el dinero sobre el bienestar de sus trabajadores (lo que no quiere decir que me parece bien, pero existen qué se va a hacer), hay gente que se dice "de izquierda" que no profesa en la práctica los ideales que exige que los demás sí cumplan. Pero son males necesarios ambos, y existen en todos los países, tampoco seamos ingenuos.

Lo que sí no aguanto es a la derecha cavernaria ni a la izquierda oenegeista que saca provecho de su trabajo sin importar si la ayuda que reciben es efectiva. La primera, la derecha cavernaria domina la política y muchos medios de comunicación, y hacen mucho daño al país con sus propuestas retrógradas acerca de la reforma del Estado, y sobre todo su poco respeto por la vida humana (DDHH) y su racismo. La izquierda mencionada es sumamente aprovechadora, pero al no estar en el gobierno (menos mal) afecta a un grupo mucho menor de población. Puede ser igual de racista pero lo oculta en sus pashminas con diseños andinos o se cuelgan tumis del cuello vientras van el Haiti.

Lo que veo con preocupación es que no exista en el país un debate político. La derecha cavernaria y la izquierda oenegeistase pelean entre sí como dos niños engreídos por una pelota en medio partido de fútbol. Se insultan, se lanzan puyas, se sacan trapitos personales, se tratan de descalificar. Si vemos todas las denuncias que se le pueden sacar a Aldo Mariátegui y a Luis Pásara por ejemplo, por mencionar solo a dos "periodistas", y existiera una censura moral en este país (cosa que está más lejos que la inauguración del tren eléctrico), estos tipos estarían en sus casas mañana.

Pero no, mañana va a estar el primero dirigiendo su pasquín Correo y el segundo de columnista de Perú21. Se ningunean simplemente, y las denuncias de uno o de otro la verdad son tan infantiles (Alditus patalea por algo que escribió Pásara en 1973) o vienen de personajes con una autoridad moral más baja que la fosa de Nazca (Alditus pues) que no pasa nada. Entonces... ¿por qué patalean?

Ese es el problema del debate político del Perú. No discuten, sólo de pelean, desautorizan, insultan, ironizan. Alan sale y les dice "terroristas" a los de la CGTP y algunos radicales de izquierda llaman "fascista" al APRA. Listo, adiós debate, hablamos. ¿Cuál es el problema de no poder hacer un debate político alturado, con propuestas, con una ideología que lo sustente, pero moderna claro está, acorde con los tiempos pero con un mismo horizonte: el desarrollo nacional. El típico problema del Perú es que las propuestas políticas de los gobiernos han estado muy ligadas a los intereses de los partidos o de grupos dominantes de poder, y eso se ve antes reflejado en el debate político.

En la medida que este debate cambie sus ataques por propuestas, sus insultos por críticas constructivas y sobre todo se deje de mostrar el pasado deshonroso que persigue a casi toda la clase política peruana y al periodismo nacional y se ponga a mirar por un futuro en el que se trabaje por todos los peruanos de un modo ético e inclusivo, los políticos tendrán mejores propuestas electorales y sus políticas de gobierno serán fiscalizadas de mucha mejor manera, sin guiarse por los intereses del momento, las alianzas interesadas o el dinero de los bolsillos. Y esa exigencia solo puede venir de una parte: del ciudadano.

Entonces, al ver a Rafael Romero y a Aldo Mariátegui, dos de los más jóvenes exponentes de esta derecha cavernaria (light debo decirlo), arremetiendo contra los "caviares" ya suena a chiste podrido. Pónganse a trabajar carajo y dejen de pelearse como niños engreídos, ya todos entendimos que rajar de los caviares en sus periódicos vende o alguien les paga por ello, o los odian porque les quitaron algún puesto de trabajo o algo así, todos entendemos que se necesitan mutuamente para rajar uno del otro y así "demostrar" que son una amenaza mutua. Pónganse a hacer periodismo de opinión o de investigación, pero de altura, no mandando espías para ver en qué restaurante miraflorino almorzó algún viejo caviarón. Mientras, otro cavernario más viejo como García Miró habla de dictador Velasco pero no menciona que su familia, los Miró Quesada, financiaron el golpe de Estado de Manuel Odría junto a Pedro Beltrán, cuando el ejército era el perro guardían de la oligarquía local, buscando que no se les quitara sus beneficios económicos de grupo social y se reprimiera al APRA. Rabazo de paja para todos. Un poco de nivel, por favor.

Si esa es nuestra izquierda y derecha más leída o de "opinión", estamos muy lejos de tener un debate político de altura. Y así, querido ciudadano, tendrás a más Torres Caro, Canchayas, Rafaelitos Rey y anchovetas similares. ¿Te mereces eso? Ya los tuviste estos especímenes en todos los noventas... o peores... ¿hasta cuando? Empieza a pensar, empieza a debatir, infórmate, no repitas como mono, no seas el taxista del análisis político. Razona, fundamenta, exige.

Ese es el mensaje de Aia Paec por estas fiestas patrias.

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Lo que NO queremos.

Derechas (ver la conservadora y la cavernaria): Las tres derechas

Izquierdas: Caviar viejo

P.D.: Genial lo último de García Miró, definiendo a Aldo Mariátegui. Podría ser su entrada en la rica wiki! Periodismo y lobby. ¿Tiro por la culata (¿se refería al director de otro diario?) o peleas entre compañeros?

1 comentario:

Charly dijo...

Como bien dices hacia la parte final, en mucho tiene que ver la poblaciòn. O la mayoría de la población, que por desconocimiento se conforma con lo más simple que le digan. Porque, siendo algo más sinceros, muchos políticos sí dan propuestas... que sean pura mierda es otra cosa, pero las dan. Y ahi te das cuenta que juegan a decir lo que la gente quiere escuchar, nada más... Lo que necesita el pais no es necesariamente algo que todos pueden entender.

Lo de las peleas ya llega a un punto ridículo, especialmente en el congreso. Da vergüenza. Lo peor es que, hasta cierto punto tmb, creo que sí existe un buen número de gente con capacidad intelectual, educación o como le quieras llamar, como para presentar un buen debate, alturado y con propuestas. Pero como la gran mayoría siguen siendo un montón de oportunistas (no quiero decir ignorantes, no quiero sonar obvio), jalan a los demás en sus peleas de argumentos simplistas.

Buena nota, x cierto...