Discutiendo la blogósfera
La reunión fue en la sala de grados de Ciencias Sociales en la PUCP, con diferentes bloggers, (algunos más aficionados que otros), y la profesora Dean. Después de presentar nuestros propios blogs, (El Blog de Cayo fue transmitido en vivo en una pantalla gigante), se empezaron a plantear preguntas acerca de la blogósfera y su naturaleza.
Algunas Reflexiones
La doctora presentó tres puntos que a su parecer sirven para empezar a discutir la naturaleza de los blogs:
1. Los blogs construyen una imagen propia del blogger sin narrativas. La idea de identidad como una narración de Paul Ricoeur no sirve para definir lo que sería la identidad del blogger (o bloggers). La identidad del blogger es un relato significativo, sin embargo, la forma de acceso al “yo” difiere de la convencional.
2. Esto se da en la medida que no hay memoria o recuerdos sino que son simplemente archivos. El “yo” puede ser accedido sin la memoria. La forma de acercarte al “self” es a través de un archivo de narrativas de acceso público que a su vez pueden ser comentadas. La forma de hilar esa “identidad narrativa” no es de una forma continua (como Ricoeur explica), sino que más bien, la temporalidad depende del espacio entre posts o la longitud del archivo.
3. Los blogs son espacios y herramientas para encontrar diferencias. La cantidad de posibilidades de encontrar puntos de vista diferentes es infinita, así como también se puede evidenciar que es un espacio de debate (como en los blogs literarios). Sin embargo, no es una forma revolucionaria de periodismo o de accionar político (al menos en nuestro país actualmente).
4. El tema favorito de los blogs son los gatos. ¿Y qué chucha? Nosotros tenemos un perro.
La reunión fue muy amena, el blog pudo ser exhibido y tuvimos unas cuantas intervenciones. Las ideas son de lejos debatibles y no damos por sentada ninguna de estas posturas, aunque nos parece interesante el tratar de teorizar un fenómeno del que somos parte.
Finalmente queremos decir que al fin y al cabo bloguear no debe de perder en ningún momento el afán recreativo y este culto al sinsentido o a encontrar que en internet están pasando cosas nuevas. Al fin y al cabo, ¿Por qué darle tanta vuelta a las cosas para negar que somos adictos al internet?
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