¡No! No es la conocida película de nuestro amigo, Krusty el Payaso. Tomamos el nombre de esta superproducción para hacer un análisis de nuestro presidente Caballo Loco durante estos últimos días. Ahí les va, pa la gente:
Los últimos meses (julio y agosto) han sido sin duda los meses más ajetreados que ha tenido el Perú en mucho tiempo. Durante el período gubernamental de Alan García (julio 2006 – a la fecha), no habíamos presenciado ninguna crisis de tal magnitud, (aparte del escándalo Pandolfi y el de las ambulancias), ni tampoco había sido tan evidente el desatino y estupidez que se han venido mostrando a la hora de manejar problemas como la ola de frío que afectó al sur andino, el paro nacional, o el terremoto en agosto.
Hoy, miércoles 29 de agosto, a dos semanas del terremoto que destruyó la ciudad de Pisco y dañó bruscamente a los departamentos de Ica y Huancavelica, ya estamos en capacidad de emitir un juicio preliminar de la situación en la que nos encontramos y tratar de pronosticar qué se nos viene a futuro.
Eventos (in)esperadosVamos a considerar la intensa ola de frío (“friaje”), que viene azotando hasta ahora a nuestro país (y que lo ha venido haciendo hace años), como el primero de una serie de sucesos que considero críticos. Lo considero un evento crítico, porque para el día 20 de junio del 2007 ya habían fallecido 49 niños menores de 5 años víctimas del “friaje” (Perú.21, 21-6-07). Ahora bien, me gustaría señalar un par de cosas acerca del friaje (palabra horrible que Word no reconoce).
En primer lugar, el “friaje” ha venido azotando a nuestro país con mucha frecuencia. En el
informe sobre el friaje en el sur del Perú de Defensa Civil del año 2002, consta que fallecieron 60 personas, 9 departamentos fueron afectados y hubo un total de 1074 damnificados. El informe es un recuento cuantitativo interesante de lo que significó el desastre y reporta el coste de los daños. Asimismo, en el documento también figura un resumen de las acciones del gobierno del Perú de ese entonces (con Alejandro Toledo como presidente); sin embargo, en ninguna parte del documento se dan recomendaciones acerca de cómo prevenir un desastre de esta magnitud (porque sí se puede prevenir), así como tampoco se toma en cuenta la precaria situación económica en la que se encontraban los afectados a la hora de afrontar esta crisis.
Como dijo
Santiago Pedraglio en su columna (Perú.21, 21-6-07), no es justo culpar al frío por todas estas muertes y daños. No resulta raro que la mayoría de muertos y afectados sean pobladores de áreas rurales de extrema pobreza, sin viviendas adecuadas o acceso a postas de salud. Sin embargo, la gente sigue escuchando en las calles que la bolsa es muy rentable, que las arcas están llenas y que ahora si estamos avanzando. ¿Avanzando a dónde?
Y durante esos días, nuestro alcalde, el sutil Luis Castañeda Lossio (retrasado mental), no tuvo mejor idea que
desalojar a los comerciantes del mercado de Santa Anita cuando la ola de frío comenzaba; la prensa que antes había estado a favor del desalojo del mercado no dudó al momento de captar en vídeo a los hijos de los mercaderes durmiendo en parques y sin lugar a dónde ir. El error político fue tan o más insultante que
la millonaria pileta y sus declaraciones acerca de la CVR.
Durante la campaña electoral del año 2006, el tema del “desprestigio de la clase política” salió a la luz, cuando el no tan outsider, Ollanta Humala, encabezaba las encuestas y ganó la primera vuelta de las elecciones. ¿Hay una reivindicación de esa clase política?, ¿Qué es la clase política?, ¿Castañeda fuma ponzoña?
A los pocos días, vimos a Del Castillo y Alan embarcándose en helicópteros, buses, camionetas y combis para repartir ayuda a todos los damnificados y afectados por el “friaje”. La gente de Puno se vengó de caballo loco y le tiraron huevos podridos; al final del día, Alan tuvo que escapar de la ciudad desde una base militar oliendo a huevo.
¡Destruir para volver a construir!El friaje fue la oportunidad perfecta del gobierno para desaparecer de las portadas por unos días. Alan se fue de gira por el Perú dejando donativos y dando discursos acerca de cómo todo está mejorando, de cómo crecemos, que esperemos el chorreo, etc.
Entonces le estalló la bomba. El conflicto en Casapalca dejó como saldo 5 muertos, entre ellos un policía; además, la carretera de acceso a Lima fue bloqueada (lo que espantó aún más a los limeños). La prensa se indignó por lo sucedido y atacaron a los mineros, tildándolos de barbáricos. Hasta ese momento, todo normal. A los pocos días nos enteramos del otro lado de la verdad: la minera tenía problemas internos entre los dueños, los salarios que se les pagaban a los mineros eran denigrantes y se les cobraba una suma astronómica por el alojamiento (cama rota y cuarto frigorífico). Parecía que estábamos nuevamente frente a un Redoble por Rancas.
Luego,
la historia ya es conocida: el Congreso ratificó nuevamente el TLC (70 votos a favor, 38 en contra) y los maestros del SUTEP marcharon contra la
ley de carrera magisterial y su eternas quejas de siempre (no hay políticas educativas claras, se reduce el presupuesto, los profesores están mal pagados, la municipalización de la educación).
El Perú aprovechó para adelantar las vacaciones y la gente salió a las calles a protestar. El saldo: tres personas muertas, 34 heridos y 298 detenidos. La cantidad de movilizaciones fue impresionante, hasta en la ciudad de Lima pudimos presenciar marchas, golpizas y el encarcelamiento de
Javier Diez Canseco, (Elmo se unió a la turba del SUTEP cuando sacaba su DNI y una bomba lacrimógena cayó cerca de la jato de Aia Paec, que disfrutaba de los placeres de Europa en Ica). Además de eso, Martín, Cannabicus y Elmo tuvieron que retrasar su viaje a Arequipa porque los buses no podían pasar por la carretera, arriesgando así la frescura de su crops ficho.
Terremoto de Patrulleros.Y se vinieron los
patrulleros hard. Todo el problema con Alva Castro, el nuevo silencio de Alan García, el roche de los juguetes tóxicos y la indignación de la prensa que se sorprendió una vez más de por qué Alan está rodeado de gente tan incapaz. La Chichi Valenzuela casi desaparece de nuestras vidas y Chemo se volvía técnico de la selección.
Y se vino el
terremoto. Y comenzó una crisis más.
Alan García no tuvo mejor idea que aparecer en un mensaje a la nación y decirnos que el “castigo divino” no había afectado tanto a nuestro país. Hasta el momento son más de 500 los muertos y la ciudad de Pisco ha desaparecido prácticamente, al igual que diferentes localidades de Ica y Huancavelica.
De nuevo la prensa, de nuevo Alan diciendo que todo está bien, recorriendo los escombros.
Parece que Alan se olvidó de llevar el litio a Ica y empezó a hacer de las suyas y se puso picón: insultó a un periodista español y le dijo que si tenía miedo se vaya. Alan hizo lo que peor hace: política. Empezó a hablar y hablar, aparecer frente a las cámaras, obstaculizar los rescates y la reconstrucción. Cruzó las cintas de seguridad de los bomberos sin casco ni protección, o sea, se cagó en la nota.
Caballo Loco cree que él puede estar encima de lo que está bien o mal, él es la ley, que se haga lo que yo quiero, qué chucha la seguridad, qué chucha la ayuda internacional, nosotros podemos, improvisemos.
Entonces llamó a Uribe y convocó a conferencia de prensa. Alan ama a la prensa, le encanta la cámara. Creemos que es medio maricón. Pero además es narciso, inseguro, violento, prepotente, bipolar, esquizofrénico, drogadicto y sumamente imbécil.
No faltó tampoco el proselitismo político aprista a la hora de ayudar. Se denunció a Hugo Chávez por mandar latas con su foto para los damnificados y todos se indignaron, pero al parecer son solo nuestros compañeros los que hacen proselitismo en la zona del terremoto. ¿En qué lugar estamos?
Conclusiones del Informe Final de la comisión Cannabicus (CVR-THC):El Perú está afrontando no una, sino muchas crisis. Tanto la sociedad civil como el Estado tienen el deber de ayudar y colaborar con una reconstrucción rápida de las localidades afectadas por el terremoto, así como también debemos de reconstruir (o construir de una vez), la idea de una nación solidaria, integrada y capaz de afrontar retos reales, prácticos, que no son divinos, sino que simplemente son desastres.
Como sabemos de nuestra experiencia pasada (1985-1990), cuando las papas queman y las crisis se acumulan, Alan García empieza a enloquecer y a delirar. Es deber de la sociedad civil y del Estado mismo, el estar atentos ante cualquier pachotada que se pueda dar en estos días de crisis (Pisco 7.9, etc.)