sábado, 29 de diciembre de 2007

Entre Gitanos no nos vamos a leer las cartas...

Saludos desde la volcánica Arequipa. Todo va bien por acá y no hay muchas novedades desde la última visita. Arequipa, para variar, sigue estática, inmóvil y ajena a lo que pasa en el Perú y el mundo. No trato de señalar con esto que no existan colisiones, conflictos y problemas en esta ciudad, es sólo que la historia (y memoria) oficiales de los arequipeños parece no existir, o al menos no reconocerse a sí misma. Eso tiene ventajas y desventajas.

Como ventaja: la ciudad es un webing, no hay ley, no hay seguridad, no hay reglas, no hay orden, no hay nada. Ergo: puedes hacer prácticamente lo que quieras en Arequipa.

Como desventaja: es una ciudad mediocre, sucia, pobre y asquerosa. Puedes

A veces eso es preferible a enterarse de la mierda que pasa en el país a diario como si fuera algo común y corriente, parte de nuestro ethos o modus operandi: corrupción, pobreza, violencia, mentiras, y por supuesto, el terrorismo de Estado.

¿Qué?, ¿Sorpresa? No. El Estado peruano mata y lo viene haciendo desde hace mucho tiempo. Que los libros de historia no pongan a Giampietri al lado de Grau o a Morales Bermúdez junto a Alfonso Ugarte.



Hace unas semanas, el popular "¡Soy inocente!" de Fujimori macó un hito importante en lo que respecta al juicio y condena de actos de violación de Derechos Humanos: la desesperación de un genocida que clama por su inocencia ante las irrefutables pruebas que tiene el Estado peruano para condenarlo.

Pero si es que nos centramos en la historia peruana de los últimos 30 años podemos ver que gobierno tras gobierno y mandato tras mandato, una de las principales cartas que barajaron nuestros funcionarioss a la hora de gobernar en tiempos difíciles fue la manipulación indiscriminada e injustificada de la violencia: el plan Cóndor (que si bien se supone que en el caso peruano no significó la responsabilidad directa de la muerte de los "montoneros", fue una colaboración de inteligencia para con una ola de agravios y atropellos), la matanza de los penales, matanza de Barrios Altos, la Cantuta, Cayara, las ejecuciones extrajudiciales de la Residencia del Embajador de Japón, etc. etc.

Entre gitanos...

Como todos sabemos, el presidente electo del Perú, Alan García Pérez ha sido vinculado directamente con los asesinatos del Frontón, Santa Bárbara y Lurigancho a través de documentos desclasificados de la National Security Archive de USA. Estos informes de la National Security Archive son los mismos que están siendo utilizados como pruebas en contra de Alberto Fujimori en su juicio. La situación es simple: juzguemos a Fujimori por crímenes de lesa humanidad (es gracias a estos crímenes que el chino se va a podrir en la cárcel y nada más que por eso), pero no los tomemos en cuenta a la hora de juzgar a Alan García, nuestro presidente.

La cagada.

Ahora Alan García y Luis Giampietri (otro asesino, hijo de la gran puta), han salido a defender a Morales Bermúdez. Entre iguales...

Extra, Extra

Y así es la vida, cague de risa: te levantas, recibes el periódico (no estamos en las oficinas del blog, ahí no se compra El Comercio), y ves como titular lo siguiente: Alan García da respaldo a Morales Bermúdez.

La cagada.

Alan García ha dejado abierta la posibilidad de negar la extradición que está pidiendo la justicia italiana y ha dicho que va a defender a quién nos devolvió la democracia y corrigió los errores de la primera etapa de la dictadura militar.

¿No es obvio? Todos tiemblan ante un juicio de esta naturaleza: con el tema de los DD.HH no se juega y estos crímenes jamás prescriben. Una sentencia a Morales Bermúdez sería catastrófica para Alan, Giampietri y todos nuestros políticos democráticos asesinos: un antecedente de esta naturaleza es clave para la cultura política peruana. Los crímenes de lesa humanidad de Fujimori, Bermúdez y García son iguales: qué chucha si fueron para defender a la democracia, qué chucha si fueron contra el terrorismo.

Si alabamos tanto a un Estado de derecho moderno y democrático, como lo alaban Alan, Fujimori (pese a que se cagó en la democracia), así como también lo hacen Giampietri, Bermúdez y toda la lacra política que tenemos en este país, entonces tenemos que respetar el paquete completo, y en ese paquete completo, el respeto universal de los Derechos Humanos es básico. Si no nos gusta, o si es que no nos parece entonces mejor callarse a la hora de criticar a Chávez y a todos los "anti democráticos" y empezar a pensar bien hacia dónde chucha nos dirigimos.

1 comentario:

marcela cornejo dijo...

"Como ventaja: la ciudad es un webing, no hay ley, no hay seguridad, no hay reglas, no hay orden, no hay nada. Ergo: puedes hacer prácticamente lo que quieras en Arequipa.

Como desventaja: es una ciudad mediocre, sucia, pobre y asquerosa"

.........
¿Qué?

¿Estás hablando de Lima o de Arequipa?, o tienes problemas de percepción?

Quién diablos te ha dado el derecho, por pasar unos días de mirón de vitrina, a sentenciar que Arequipa es así o asá...

Parecías inteligente pero no eres más que un pobre cagon