jueves, 20 de diciembre de 2007

Acerca de la venta de Wong


De la gran cantidad de huevadas que he leido luego de la noticia de la venta de Wong, como la ponzoña de Aldito o todos los comentarios chauvinistas, esta me parece que acierta porque va al tema de fondo:

Se trata de un fragmento (el que importa) de la columna de Humberto Carmpodónico hoy en La República:

Mientras, la inversión chilena en el Perú, según la Cancillería de ese país, sumó US$ 5,500 millones de 1999 al I Semestre del 2007, más US$ 500 millones por la compra de Wong. En total, entonces, son US$ 6,000 millones chilenos en el Perú contra US$ 223 millones peruanos en Chile (los 23 millones anteriores más los 200 millones de Wong). Chile gana 27 a 1.

Lo que estas cifras revelan es una debilidad evidente del empresariado peruano, no solo en las inversiones en el exterior, sino en su propio terreno. Así, por ejemplo, Coca Cola compró Inca Kola, Bavaria compró Backus, las cadenas chilenas tienen buena parte de los servicios comerciales (Grupo Falabella y Grupo Ripley). También la minería, el petróleo y el gas están en manos de transnacionales (no sucede así en Chile, Brasil y Colombia donde las empresas estatales tiene participación empresarial directa), de la misma manera que los teléfonos y las AFP.

Tampoco tenemos línea aérea de bandera ni empresa naviera nacional. Incluso en negocios menores (como las cadenas de farmacias) o el recojo de basura (la brasileña Tralima), la empresa peruana brilla por su ausencia. Donde sí se ha logrado un desarrollo de relativa importancia es en el sector textil y agroindustrial (sectores que no pueden caracterizarse como de "avanzada tecnológica" en esta época de globalización).

Esto no es gratuito, sino que responde a la lógica neoliberal: el mercado interno importa poco (las dos rebajas arancelarias, sobre todo la última, perjudican seriamente a los empresarios nacionales) y se privilegia a la inversión extranjera que, supuestamente, tiene el encargo de propiciar nuestro crecimiento y desarrollo. Es allí donde calza la frase: el capital no tiene patria (siempre que no venga de la Venezuela de Chávez).

Están equivocados. Sí importa quién lidera, como lo saben bien los países industrializados que protegen sus industrias estratégicas y sus mercados nacionales. Lo niegan los neoliberales que ven todo como puros asuntos de "mercados" y supuesta "eficiencia".

27 a 1... ni Ecuador luego de la orgía.

3 comentarios:

Miguel Rodríguez dijo...

...y ahora qué?


interesante tu blog.

Alexis G dijo...

algun dia sere presidente del peru y arreglare todos los problemas.

ACUERDATE

Charly dijo...

Esa es una realidad pasada. Tanto Estados Unidos como los paises de la europa "avanzada" tienen problemas ahora por sus tradicionales medidas proteccionistas de su economía. Yo lo diría con bastante conchudez: hay que prostituir la economía. A la mierda con el orgullo, acaso eso le da de comer a la gente? Preguntale a China, Singapur, los paises del asia del éste si es realmente importante "reforzar" la industria nacional. Simple y llanamente: el capital mundial ES POCO y LIMITADO. No tiene nacionalidad (el inversionista va a donde le combiene ir) y mientras más jalemos, MEJOR. La globalización implica que TODOS SOMOS UNO, todos estamos realizacionados, atados y dependemos los unos de los otros. Hay que buscar que nuestra industria sea competitiva para generar buen mercado, para que traer tecnología y buenos profesionales... pero no por orgullo. Tantos se quejan de las industrias extrajeras, cuando el 1er explotador de los trabajadores es el estado, y la gran mayoria de asegurados q existen (con trabajo formal) vienen de empresas privadas. Hay que ser consecuente pssss...