domingo, 11 de noviembre de 2007

Censura a la peruana: La mujer de mis pesadillas


Inedito. No se hacía desde hace bastantes años. Quizá desde el retorno a la democracia en 1980. Con Fujimori hubo un par de casos de presiones e intento de censura con Sangre Inocente del ayacuchano Palito Ortega, pero justo salieron los Vladivideos y todo quedó en nada. Antes, en 1989, Francisco Lombardi había recibido algunas presiones durante la filmación de La Boca del Lobo, pero nunca llegaron a mayores. Sin embargo, según leemos en Cinencuentro y en el blog de Ricardo Bedoya, Páginas del diario de Satán, la distribuidora UIP nos trajo La mujer de mis pesadillas (The Heartbreak Kid, 2007) de Bobby y Peter Farrelly, una de esas comedias gringas que habría pasado desapercibida si no fuera por la censura inútil y retrógrada que la distribuidora ha realizado.

La imágen censurada

El asunto ha creado debate. Y gracias a ello, Isaac León Frías ha escrito un excelente
artículo sobre la piratería en el Perú en el diário El Comercio que luego ha ampliado en el blog de Bedoya. A resumidas cuentas, el punto central de León Frías es que la piratería local forma parte de una tendencia internacional (diferente en el modo de venta unicamente) pero sobre todo:

"Si la piratería se ha extendido, y no sólo aquí sino internacionalmente, se debe a una serie de factores que provienen en gran parte del propio mercado cinematogràfico. En el caso concreto del Perú, no hay duda de que el empobrecimiento de la oferta en salas públicas, más la casi inexistente oferta de dvds en tiendas (la cadena Blockbuster, por ejemplo, jamás intentó llegar a ese mercado residual que hoy se abastece en los bien servidos espacios de algunas galerías) ha contribuído y contribuye a la difusión de un material que parece maná caido del cielo frente a la bochornosa realidad de la cartelera comercial. Por eso es que la campaña antipiratería que impulsa INDECOPI, aliado a las grandes empresas transnacionales, resulta absolutamente inútil. Esos mensajes bobalicones, del tipo 20 pirata, además de torturar a quienes vamos al cine con frecuencia, son más bien una invitación a dejar de ir al cine para no tener que soportarlos. De eso se libran quienes no van al cine y se dedican a ver videos en sus casas." (Fuente: Paginas del diario de Satán)

¿que paso, que piso?

Ricardo Bedoya complementa en otro post:

"Sin duda, la censura de una película, hecha del modo grosero que vemos en la copia mutilada que se exhibe, es un ejercicio abusivo de la posición que tiene la empresa distribuidora en el mercado cinematográfico, un atropello a los derechos del consumidor, y una violación al derecho que tiene el autor de difundir su obra en su integridad. Es decir, la censura a La mujer de mis pesadillas sería el caso perfecto para que Indecopi se pronuncie y ponga las cosas en su sitio. Pero, ¿eso es posible? Lo dudo." (fuente: Páginas del diario de Satán)


¿Indecopi que hace en este país? Campañas estúpidas y apoyar a la empresa privada que es la causante de todo esto. Ese es el problema de tener a gente que no sabe lo que hace en puestos importantes, como Martín Moscoso, funcionario de Indecopi. Si fuera por él seguro censuraría esta maravillosa escena de La Naranja Mecánica .



Sigan así, yo quiero seguir teniendo la mejor videoteca de América Latina en Polvos Azules.


Más sobre el debate: Paginas del diario de Satán: Inaceptable censura, Sobre cortes y supresiones en la cartelera fílmica, El "cine de autor" y el derecho a censurar, Sobre la cartelera comercial y la piratería.

Cinencuentro:
Las imágenes censuradas.

1 comentario:

Elmo dijo...

¡Come and get one in the yarbles... if you have any yarbles!