Lo que faltaba para hacer de este un día fatídico: la opinión política de Augusto Álvarez Rodrich acerca de Hugo Chávez.
La actitud de Hugo Chávez es deplorable en muchos sentidos: es antipático, molesto, prepotente y faltoso. Sus actitudes "no democráticas" son totalmente discutibles (eso es si apoyas la idea de democracia, sobretodo en el caso de Latinoamérica). Pero por otro lado, es el único presidente latinoamericano (junto a Evo Morales) que hace política internacional, que está insertado en los procesos mundiales contemporáneos y que le dice a George Bush y sus lacayos (que son harto más detestables que Chavez, harto más autoritarios y harto más genocidas, violadores de Derechos Humanos, imperialistas, abusivos, "paladines de la democracia" que patrocinaron dictaduras como las de Pinochet, Batista, Stroessner, Juan María Bordaberry), sus cosas en la cara, sin vergüenza y tal como son.
¿Es por los petrodólares? Probablemente sí. ¿Y qué? ¿Cómo creen que sería Alan García con petrodólares, o Toledo con petrodólares, o Humala con petrodólares? Si con una pequeña bonanza fiscal del Estado ya estamos de farra, haciendo cojudeces, como por ejemplo la pileta de Castañeda Lossio, ¿Qué haríamos con petrodólares?, ¿Somos un país listo para acumular riqueza cuando ni si quiera cobramos nuestras deudas por conceptos del cánon minero?
Pero aún así, Chávez es un icono pop, una celebridad del mundo político (fue elegido como el hombre más guapo de Venezuela). El discurso de Chávez ha logrado acogida ahí donde el mundo post capitalista fracasa: Estados Nación inviables, países en "vías de desarrollo", grupo de izquierda, etc. ¿Quién se ocupa de ellos?, ¿Por qué la gente apoya a Chávez?, ¿Nadie se pregunta eso?, ¿Por qué Latinoamérica se está configurando políticamente como se está configurando?
Les dejo el artículo de Rodrich completo:
Cuándo callarlo La relación diplomática con un autócrata peligroso.
El ya famoso "pero por qué no te callas" del rey Juan Carlos I a Hugo Chávez, ante una impertinencia tradicional del venezolano en la Cumbre Iberoamericana, podría quedar en el anecdotario, pero va a traer más cola. Mejor hubiera sido que se lo dijeran varios presidentes latinoamericanos, y no en la reciente cumbre de Santiago, sino en cualquiera de las citas previas, en las que Chávez siempre se ha comportado con la prepotencia majadera del nuevo rico chabacano ante la mirada complaciente de sus colegas regionales. No se trata de la defensa de José María Aznar, cuya presidencia es harto criticable, sino del respeto de las formas que son indispensables en las relaciones diplomáticas, y que el autócrata venezolano cree poder infringir gracias a una chequera alimentada por el aumento de la cotización del petróleo con la que, además, compra sumisiones, adhesiones o silencios en la región. Pero el problema es mucho más grave que el respeto elemental de las formas, porque es obvio que Chávez tiene un plan de expansión en la región que incluye el financiamiento de gobiernos o de políticos de oposición que esperan llegar al poder, para cumplir su ambición. Las casas Alba son una expresión obvia en el Perú. El avance en su plan es evidente. Evo Morales de Bolivia es un títere de Caracas, mientras las relaciones con Argentina y Ecuador son sólidas, Brasil prefiere mirar al techo y Álvaro Uribe de Colombia se está enredando en la telaraña chavista por los rehenes de las FARC. Es en dicho contexto geopolítico que se debe analizar el planteamiento de la acción diplomática del Perú frente a Chávez, lo cual requiere de un cuidado extremo. Es evidente que la relación con el presidente Alan García no es fluida, a pesar de los abrazos fotográficos. No obstante, una reacción fuerte ante Venezuela que los principios demandan requiere un contexto que impida el eventual aislamiento del Perú en el ámbito regional. Tan relevante como la invitación para que Venezuela invierta en el país -una manera de decirle a Chávez que entre por la puerta legal-, es la solidaridad de García con el rey español. El rompimiento del Perú con Chávez es inevitable, pero hay que escoger la oportunidad correcta. La actual todavía no parece serlo.Las cosas como son.
¿Quién sabe quién es Alan García?, ¿Quién sabe qué es el Perú? Es un país con nula política internacional, una escoria del cuarto mundo borrada del mapa, un país que no es minero, agrícola o industrial. El único debate internacional en el que el Perú está inmerso es el viejo rollo limítrofe con Chile, nada más. ¿Alan se reúne con presidentes?, ¿Alan intercambia con otros mandatarios, visita otros países, expande nuestras relaciones?
¿El Perú es amigo de alguien? Estamos en pésimas relaciones con Bolivia, Chile, Venezuela, Ecuador y Colombia. ¿Quién nos queda sino Brasil? Nuestro único aliado a nivel mundial es Brasil, con el que nuestra política internacional es nula y se limita a lo que respecta a la carretera interoceánica. ¿Qué más hacemos por y en el mundo? ¡Ah! Somos amigos de Bush, de los Estados Unidos de Norteamérica, un Estado genocida, en guerra, enemigo de todo el mundo. ¿Eso es política internacional y protocolo, señor Rodrich?
Tan asqueroso es Alan García que luego de atacar a Chávez repetidas veces ahora le pide que invierta en el país con sus gasolineras. Totalmente de acuerdo, que lo haga. Si a la gente le encanta la democracia y el libre comercio, entonces que ponga acá lo que chucha quiere. Ahora Lourdes, la representante de Dionisio Romero sale a pitear y dice que no necesitamos sus petrodólares. ¿No los necesitamos? Somos un país que compra petróleo desde hace más de 2 décadas, gorda Flores Nano, ¿Dónde estás viviendo, en la
USHIT? Recordemos que Lourdes Flores
no supo responder cuál era el precio del pan cuando se le preguntó en la campaña del año 2006. Una pena, una mierda, una vil cagada. Eso es la política peruana, Rodrich.
¿Por qué atacar a Chávez día y noche en todos los medios de comunicación (Cecilia Valenzuela tiene una fijación increíble por Chávez)?, ¿Por qué no atacar a Giampietri, nuestro actual "presidente"?, ¿Por qué no criticar la ceguera del Estado peruano frente a problemas internacionales y de carácter nacional? Tenemos como vice presidente a un genocida, un violador de Derechos Humanos y nadie dice nada. ¿Ya olvidamos todo?, ¿Por qué no pelear por las reparaciones a las víctimas del terrorismo?, ¿Por qué no pelear por la fiscalización del Forsur?, ¿Eso es política, Rodrich?, ¿Eso es democracia?
Augusto Álvarez Rodrich termina su artículo de manera genial: planteando que tenemos que romper relaciones con Venezuela. ¿Romper relaciones con Venezuela?, ¿A qué punto estamos llegando? ¡Rompamos relaciones con países que están actualmente violando Derechos Humanos en el Medio Oriente! Sí, es imposible romper relaciones con Estados Unidos, pero entonces, ¿De qué chucha nos quejamos?
Qué tal cagado eres, Augusto Álvarez Rodrich, un verdadero hijo de la gran puta, un dogamitzado de la democracia, que repite lo que los manuales de Oppenheimer dicen. ¿Por qué no te callas tú?