Te extraño, cholito

Extrañamos a Toledo. Extrañamos sus errores, su estupidez, sus burradas, su léxico, a su esposa, a su gabinete. Extrañamos a su círculo de enemigos, pero sobretodo a su círculo de amigos (sí, esos amigos como "payasito", que al ver que el patrón se iba de la casa a jalar coca en el avión presidencial aprovechaba para solucionar todos los problemas del país, como la conocida huelga de enfermeras).

Y probablemente lo veremos de aquí a un par de años cuando se comience a organizar nuestro carnaval favorito: las elecciones presidenciales.

Toledo ha prometido y jurado repetidas veces que nunca más se presentaría al cargo de Presidente de la República, pero lo más probable es que vuelva a postular. Con eso nos basta. Y es que tiene la suerte de haber muerto políticamente en un país en el que resucitar es uno de los trámites más fáciles. Sino, pregúntenle a Alan.

De todas maneras, estamos manifestando abiertamente que extrañamos a Alejandro Toledo Manrique y que ya esperamos que vuelva una ves más al terreno de la política, donde según él, no tiene ninguna experiencia: